Acoso y derribo en un grupo de adopciones de aves
La verdad que no me esperaba insultos cuando coloqué mi anuncio de diamante de Gould en adopción en un grupo de Facebook.
Al parecer, mucha de la gente que ingresa en estos grupos desconfía de las asociaciones. Piensa que una asociación se lucra, que vende los animales de manera encubierta, y que los entrega los animales en mal estado. Y, además, hace demasiadas preguntas!
Es cierto que nuestros animales tienen una contraprestación económica: pagar algunos (no todos) sus gastos veterinarios (que demostramos). Carecemos de subvenciones y, viviendo de las ventas online y en mercadillos ocasionales, no podríamos hacer gran cosa por los animales. Sin embargo, tras explicar las razones por las que existe este concepto, las acusaciones empeoraron. «En democracia, es lícito que cada cual tenga sus ideas, incluso que no haya entendimiento entre las partes, pero de ahí al insulto personal…»-le expliqué al administrador del grupo. Pero sólo me contestó que la gente quiere animales gratis. Sinceramente, creo que la adopción no es llevarte una «chamba». Creo que adoptar es darle una nueva oportunidad a un animal sin hogar. Muchas veces esto es incluso económicamente complicado, puesto que con frecuencia son animales enfermos o ancianos.
Respecto a la acusación de que los animales se entregan en mal estado, tampoco tiene mucha lógica. Precisamente se genera un historial veterinario en la adopción, cosa que no ocurre con un animal que alguien te «regala». Cómo no vamos a dar nuestros animales revisados si los recogemos normalmente en condiciones deplorables?
Hacemos muchas preguntas… bueno, yo no conozco de nada a la gente que me llama para adoptar un animal. Un animal que necesita respeto, cuidado, y afecto. Un animal que vivirá muchos años. Cuando hablo con veterinarios o tiendas de animales, suelen contarme la difícil situación en que viven muchas mascotas. Sus dueños no sólo los abandonan cuando son mayores o se van de vacaciones, sino que tratan de ahorrarse el veterinario o pasan de cuidarles. Cómo no voy a hacer preguntas?
Creo que esas personas que me han acusado de mafiosa, ladrona o sinvergüenza, a los que me he tomado la molestia de explicar las cosas de manera civilizada y cortés, constituyen un ejército de personas que se autodenominan «amantes de los animales», pero que ni pagan consultas veterinarias ni se comprometen con su mascota para toda la vida, ni los cuidan debidamente… de ahí que no quieran que les preguntes ni su nombre. «Por qué no me das el animal sin más?»-me preguntaron en una ocasión.
Tú, qué crees?


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